Apuesta ganadora

Fue el propio Bruno Gatta quien encargó Buonanotte a Gorgoni, al apreciar en aquel entonces joven arquitecto y urbanista el potencial dar sus primeros pasos con éxito en el diseño industrial. No fue el único: también Giò Ponti, mentor de Gorgoni, se mostró de acuerdo con la “apuesta” de Gatta. Más de medio siglo después, después de innumerables proyectos y productos de éxito y de la concesión de un premio VIA a Gorgoni por parte de la Asociación Francesa de Industrias y Diseño son testimonio de la clarividencia del fundador de Stilnovo. Y Buonanotte, con su forma lúdica y divertida, encarna el estilo de las lámparas de sobremesa de la época: un estilo modernísimo y actual todavía en el presente.

Pensada para todos

En su realización, Giovanni Luigi Gorgoni tuvo en cuenta la importancia que tendría el impacto comercial del producto sobre el futuro de Stilnovo y de quienes trabajaban allí. Buonanotte se construyó con fines lúdicos y de diversión, como producto masivo al alcance de todos: perfecto para una producción en masa que permitiera a la empresa mantenerse en pie. Tenemos que pensar que se encontraban en los albores del diseño industrial tal como lo entendemos ahora.

Luna al alcance de la mano

Buonanotte fue un éxito en su momento, como lo es ahora. Al igual que en las fases de la luna, el corazón luminoso de la gran esfera de vidrio blanco se puede apantallar orientando manualmente los cuartos de metal, disponibles en cuatro colores diferentes: amarillo, azul, rojo y blanco. Con un simple gesto, todo el ambiente cambia: abierta para una cómoda lectura o cerrada y atenuada, cómplice de sueños.

Las primeras palabras que debes decir a los que están a tu lado cuando te levantes cada mañana son: “Buenos días, te amo”. Las últimas palabras que debes decir cada noche son: “Buenas noches, te amo”.

Denis Waitley